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Por Publicado el: 12/11/2016Categorías: En vivo

Modestia en el Liceo con «Le Nozze di Figaro»

Modestia en el Liceo

LE NOZZE DI FIGARO (W. A. MOZART)
Gran Teatre del Liceu de Barcelona. 10 Noviembre 2016.

Vuelve Le Nozze di Figaro al Liceu tras su paso por el teatro en los años 2008 y 2012. El resultado ha dejado que desear, con la reposición de la misma producción escénica de entonces, una lectura musical muy poco mozartiana y un reparto vocal excesivamente modesto.

le-nozze-di-figaro-liceu-2016_page4_image1Escena

La ópera de Mozart es la primera colaboración con Lorenzo Da Ponte y está basada en la obra teatral de Beaumarchais La Folle Journée o Le Mariage de Figaro. Viene esto a cuento por el hecho de que la obra del francés tiene un desarrollo temporal que no es una casualidad, como tampoco lo es la elección de la misma por parte de Mozart y Da Ponte. Le Nozze di Figaro se desarrolla al final del Ancien Regime   y ahí es donde reside su “provocación”, consistente en que el siervo Figaro y la criada Susanna hacen frente a los nobles y sus privilegios. Se puede defender que la trama no responde a ninguna época, lo que no es sino una manera de justificar una decisión, digamos que original, del regista de turno. En esta producción del catalán Lluis Pasqual la  acción se sitúa en los años 30 del siglo pasado y creo que salimos perdiendo con el cambio, ya que lo que tiene sentido deja de tenerlo, sin que salgamos ganando nada a cambio.

A mi parecer la dirección de escena está menos cuidada que cuando se estrenara hace 8 años, habiéndose encargado en esta ocasión de la reposición Leo Castaldi.. La escenografía de Paco Azorín está bien hecha, en tonos pastel, que cambia en la escena
del  jardín  a  un  escenario  con  paneles  acristalados, por  donde merodean  todos  los personajes. A destacar el vestuario de Franca Squarciapino, para mi gusto  lo mejor de la producción. Buena iluminación, también como siempre, de Albert Faura. La producción no ofrece más originalidades que el cambio de época y en lo demás sigue fielmente al libreto, sin que haya que resaltar ningún tipo de provocación, aunque no se incida demasiado en los aspectos muy divertidos que encierra el mismo. En general, se puede decir que la producción ha perdido interés con el paso del tiempo.

le-nozze-di-figaro-liceu-2016_page4_image2Escena

La dirección musical estuvo en manos del director musical del Liceu, Josep Pons, que, por cierto, dirigirá también el próximo título, que no es otro que la Elektra de Richard Strauss. Difícil encontrar dos títulos más opuestos. Su dirección me ha resultado muy poco convincente, escasamente adecuada a una ópera bufa.  ¡Qué difícil es dirigir este tipo de óperas de Mozart! No es una cuestión de tiempos, sino de transmitir alegría al foso para que la lectura esté llena de gracia y ligereza. Recuerdo que hace unos 35 años leía una crítica inglesa sobre Le Nozze di Figaro en Glyndebourne y el crítico se preguntaba si,  al  atacar  la  obertura,  el  director  “bailaría”  en  el  podio,  como  algo concluyente para lo que vendría a continuación. No se trata de tomar literalmente la expresión “bailar”, pero es evidente que si el director no es capaz de transmitir alegría al foso, las probabilidades de asistir a una lectura pesante de la ópera son muy altas, más todavía tratándose de una ópera tan larga como ésta.

A mi parecer esto es lo que ha ocurrido con la dirección de Josep Pons, que ha ofrecido una lectura sin vida ni alegría y así no se puede disfrutar con esta ópera, una auténtica obra maestra. No faltó control por su parte, pero esto,  como el valor en el soldado,  se da por supuesto. A esto hay que añadir que en mi opinión la altura del foso era excesiva, lo que creó problemas para que las voces llegaran bien a la sala. Correcta la prestaciones de la Orquesta y el Coro del Liceu.
El reparto vocal sufrió por el cambio de dos de sus 5 protagonistas principales. Me refiero a Susanna y a Cherubino, que no han sido sustituciones, sino que así estaban programados. Al final, ha sido un reparto excesivamente modesto, en el que lo único destacable ha sido a actuación de la Condesa, que en este caso era sustitución casi de última hora.

Volvía a ser Fígaro el bajo barítono americano Kyle Ketelsen, como ya lo fuera en el año 2008. Con el tiempo no ha mejorado y no ha pasado de la corrección. Le he encontrado con la voz más engolada que entonces, dentro de una actuación correcta.

La soprano catalana Elena Copons fue Susanna. Es seguramente, el personaje más importan al que ha hecho frente hasta ahora. Vocalmente, resulta adecuada, aunque  un tanto  monótona  en  su  canto.  Habría  que  verla  en  otras  circunstancias  y  en  una producción donde se hubiera trabajado la escena profundamente con ella.

le-nozze-di-figaro-liceu-2016_page4_image3Anett Fritsch

La Condesa fue interpretada por la soprano alemana Anett Fritsch, que sustituía a la inicialmente  anunciada  Olga  Mykytenko.  Creo  que  hemos  salido  ganando  con  el cambio,  ya  que  ha  sido  la  mejor  del  reparto,  cantando  siempre  con  gusto  y gran expresividad, dando sentido a todas sus frases, acompañado todo ello de una figura atractiva.

Modesto el Conde Almaviva de Gyula Orendt, con la voz atrás y llegando con dificultades a la sala. Pasó con más pena que gloria por su gran aria Hai gia vinta la causa.

Muy modesta Gemma Coma-Alabert en Cherubino. Una cosa es hacer frente a personajes secundarios y otra muy distinta enfrentarse a un personaje importante, como es caso de Paje. Hay una distancia enorme entre Anna Bonitatibus y ella.

En los peonajes secundarios, Maria Riccarda Wesseling fue una muy adecuada Marcellina, con la voz fresca y lejos de las voces ajadas de otras colegas suyas que cantan el personaje. Una pena que se cortara el aria del capro e la carpeta. Valeriano Lanchas cumplió con su cometido en  Don  Bartolo. José Manuel Zapata fue un divertido Basilio, con la voz a punto y muy bien emitida. Roberto Accurso lo hizo bien en Antonio. Rocío Martínez fue una Barbarina de voz agradable, pero muy pequeña. Finalmente, Vincenç Esteve Madrid lo hizo bien en Don Curzio.

El teatro ofrecía una ocupación algo superior al 90 % de su aforo. El público se mostró bastante frío durante la  representación y tampoco hubo entusiasmo en  los  saludos finales, siendo los mayores aplausos para Anett Fritsch.

La representación comenzó puntualmente y tuvo una duración de 3 horas y 32 minutos, incluyendo un intermedio. Duración musical de 2 horas y 50 minutos. Cuatro minutos de aplausos.

El precio de la localidad más cara (primer piso central) era de 270 euros. Las butacas de platea costaban entre 145 y 189 euros. La localidad más barata tenía  un precio de 35 euros. José M. Irurzun

Foto: A. Bofill

 

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