Crítica: Bastarda (parte I) en La Monnaie de Bruselas

  Crítica: Bastarda I Monnaie Bruselas     Xavier Rivera

Un ambicioso y sorprendente espectáculo en La Monnaie

El teatro bruselense se ha lanzado en un ambicioso proyecto, al que titula Bastarda, que pretende resumir en dos veladas el contenido de la denominada “Tetralogía Tudor” de Gaetano Donizetti. Porque, aparte las conocidas Anna Bolena, Maria Stuarda y Roberto Devereux, el compositor ya había mostrado interés por el tema en su juvenil y casi desconocida Elisabetta al castello di Kenilworth. En un aria de esta obra utiliza Donizetti por primera vez una Armónica de Cristal, instrumento al que se atribuían en la época propiedades psicotrópicas… La realidad era mucho más prosaica: el plomo contenido antiguamente en el vidrio provocaba saturnismo acompañado de alucinaciones en quienes la tocaban. Como el famoso Dr. Mesmer (de quien Mozart se burla con ironía en su Così fan tutte) que la utilizaba en sus sesiones de magnetismo pseudo-curativo. Más tarde, su intervención en el aria de la locura de Lucia di Lammermoor se ha convertido en icónica.

Una escena de "Bastarda I" / Foto: Simon Van Rompay
Una escena de «Bastarda I» / Foto: Simon Van Rompay

El director de orquesta de la velada, Francesco Lanzillotta, quien conoce muy bien y ama profundamente la música dramática de Donizetti, ha realizado una especie de síntesis de estas cuatro óperas mediante unos diálogos en inglés a cargo de dos cantantes/recitantes y de la asombrosa y jovencísima actriz Hadley Dean Randerson, quien encarna a la joven Elisabeth pero continúa interviniendo durante toda la representación como alter-ego de la soprano que encarna a la protagonista. Tal vez sea una misión próxima a lo imposible pretender contar en este formato una historia tan convulsa, llena de matices y traiciones, de luchas por el poder, amoríos y conductas de moralidad más que dudosa que impregnaron un período en el que paradójicamente, y sin duda por impulso de la propia reina, brillaron la literatura y las artes y en particular la música para laúd y virginal, los instrumentos que ella tocaba. El título de “Bastarda” hace referencia, claro está, al carácter supuestamente usurpatorio de su poder al haber sido repudiada y ejecutada la madre de Elisabetta, Anna Bolena, para que Henry VIII pudiera esposar Anna Seymour tras haber decretado el cisma de la iglesia anglicana.  Algo que se interpreta aquí de manera más o menos sarcástica como una premonición del “Brexit”. Crítica: Bastarda I Monnaie Bruselas

El resultado es algo confuso en su construcción dramática, pero hay muchos momentos de indiscutible intensidad expresiva, resultado del ardor y compromiso artístico de la mayoría de los participantes vocales. Lanzillotta ha escrito pequeñas músicas de transición entre los diferentes y deslavazados números presentados y re-orquestado levemente algunos esbozos de arias, siempre respetando y realzando el valor del compositor bergamasco, al cual presta como director un servicio de primer orden, pues hace sonar la orquesta con espontaneidad, llena de matices y colores y con un sentido agudo de la construcción dramática.

Una escena de "Bastarda I" / Foto: Simon Van Rompay
Una escena de «Bastarda I» / Foto: Simon Van Rompay Crítica: Bastarda I Monnaie Bruselas

El personaje de Elisabetta ha sido encomendado a la soprano griega Mirtò Papatanasiu, una de las mejores especialistas actuales del “bel canto”. Cuatro días antes, había cancelado su participación en el estreno, sin duda por problemas de salud. Si bien su actuación ha sido una exhibición fantástica de recursos vocales y dramáticos y nos deslumbró con sus coloraturas, sus “messe di voce”, trinos, sonidos hilados o “sfumaturas” y con su compromiso actoral, se siente por momentos una levísima aprensión en su actuación con la que parece que la emoción pase detrás del increíble profesionalismo de la artista. Su “rival” en la corte (Maria Stuarda) y en el teatro fue representado por la excelente soprano holandesa Lenneke Ruiten. Sus medios vocales son impresionantes, sus agilidades y las notas extremas de la tesitura impactan haciéndonos revivir los relatos de aquel célebre duelo, en el estreno napolitano, entre Giuseppina Ronzi de Begnis y Anna del Serre en el que se pelearon con tal convicción que llegaron a las manos y la del Serre acabó desmayada… No fue el caso de Ruiten: el duelo esta vez no tuvo vencedora porque ambas sopranos comparten cualidades artísticas excepcionales con diferentes perfiles. Podríamos calificar de “líquida” la refinada vocalidad de Papatanasio, pero en su personaje muestra nítidamente esa tortura interior entre el poder que representa y su propia fragilidad humana. Enfrente, Ruiten exhibe una solidez vocal y un brillante metal que convienen perfectamente a esa especie de abnegación ante la muerte, esa defensa a ultranza del honor ultrajado del personaje de Maria Stuarda. Otra magnífica protagonista de la velada ha sido la soprano italiana Valentina Mastrangelo, cuya actuación como Amalia ha sido tan impactante como conmovedora, su canto es tan aristocrático como sensible su actuación. La joven mezzosoprano italiana Rafaella Lupinacci encarna a Jane Seymour y a Sara con una voz de belleza irresistible y un compromiso actoral irreprochable. Cualquier dificultad técnica parece banal para una artista íntegra, llena de expresividad y plenamente convincente. La georgiana Salome Jicia, una voz lírica de gran calado, interpreta una excelente Anna Bolena. Aunque, en este arreglo, su papel ha quedado bastante desdibujado al prescindir de sus arias más emblemáticas. En cambio, sorprende desagradablemente en el lado masculino la actuación del tenor Enea Scala como Leicester: es lo más parecido a una “voce caprina” que he podido escuchar últimamente: la emisión carece de elegancia y no es fácil reconocer las notas cantadas porque el sonido no es puro, sino turbio e indefinido. Con este condicionamiento, su personaje de amigo/amante putativo de la reina carece de credibilidad o de atractivo sensual. Luca Tittoto es plenamente convincente como Enrico: la voz es grande e irradia majestuosidad y como actor asume con toda naturalidad la depravación y la autosuficiencia del personaje. Sergey Romanovsky como “Roberto Devereux” y el resto de “comprimari” cumplen con sobrada profesionalidad. El coro ha sonado con convicción y precisión, en progreso con respecto a las últimas producciones. Crítica: Bastarda I Monnaie Bruselas

Una escena de "Bastarda I" / Foto: Simon Van Rompay
Una escena de «Bastarda I» / Foto: Simon Van Rompay Crítica: Bastarda I Monnaie Bruselas

Olivier Fredj es el autor de la dirección escénica y también del concepto general de esta Bastarda. Su trabajo es muy detallado y nos va contando las historias de manera muy sugestiva, a veces superpuestas en el tiempo en dos planos distintos del escenario. En otros momentos utiliza también la platea para ganar nuevas perspectivas. Ayuda también al éxito visual la magnífica iluminación firmada por Urs Schönebaum. Una curiosa intervención periódica del ballet sugiere las intrigas o bufonerías cortesanas. Eficaz aunque tal vez algo repetitivo. Un aspecto sorprendente de esta producción atañe al increíble vestuario, diseñado por Petra Reinhart y realizado en los talleres de costura y peluquería de La Monnaie que dirige Régine Becker desde 1996, que tienen una fama de excelencia más que centenaria, pero que en este caso han adquirido un protagonismo relevante con el asombroso resultado de los trajes que servirán a la coronación de Elisabetta y a su réplica actriz: una obra maestra realzada por la pasarela que se coloca sobre la orquesta para ese momento y que traslada la acción al centro mismo de la platea. ¡Impactante!


Bruselas, 25 de marzo de 2023

Dirección musical FRANCESCO LANZILLOTTA. Concepto, dirección escénica de OLIVIER FREDJ. Diálogos de YANN APPERRY, y OLIVIER FREDJ. Vestuario, PETRA REINHARDT. Iluminación, URS SCHÖNEBAUM. Coreografía, AVSHALOM POLLAK..

MYRTÒ PAPATANASIU, Elisabetta. SALOME JICIA, Anna Bolena. LUCA TITTOTO, Enrico. ENEA SCALA, Leicester. SERGEY ROMANOVSKY, Roberto Devereux. LENNEKE RUITEN, Maria Stuarda. RAFFAELLA LUPINACCI, Jane Seymour, Anna.  VALENTINA MASTRANGELO, Amy Robsart. DAVID HANSEN, Smeton. GAVAN RING, Cecil. BRUNO TADDIA, Nottingham. HADLEY DEAN RANDERSON, Elisabetta de niña.

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