Bayreuth 2022: El universo constelado del ‘Tristan’ de Roland Schwab

                                                                Bayreuth 2022 Tristan Schwab Por Luc Roger

El coronavirus ha cambiado muchas cosas en cuanto a la programación de espectáculos. El nuevo Tristan und Isolde de Bayreuth se creó en un tiempo récord, y el Festival de este año es excepcional porque presenta nada menos que cinco nuevas producciones (las cuatro veladas de El anillo de Nibelungo y Tristán e Isolda). Roland Schwab aceptó el reto de poner en escena este último título en menos de seis meses y, a pesar de lo ajustado del plazo, ha logrado un golpe maestro.

Catherine Foster (Isolde) y Stephen Gould (Tristan) © Enrico Nawrath / Bayreuther Festspiele 2022

El enfoque del director

Tristan und Isolde es la obra definitiva sobre el amor. Ninguna ópera, ningún espectáculo, ninguna película ha sido tan coherente, incluso radical, a este respecto. Aunque Wagner la definió como una “intriga”, esta obra no es tanto una acción como una reflexión sobre la pasión y la venganza, el día y la noche, la negación del mundo y la trascendencia. La afirmación de base, casi insensata, es que todo deseo, todo amor, sólo encuentra su realización en la muerte. Bayreuth 2022 Tristan Schwab

Tras periodos de desconfianza hacia estos grandes sentimientos y numerosos planteamientos escénicos destinados a deconstruirlos, queremos –en el contexto de nuestro mundo actual amenazado por horrores apocalípticos–dar espacio deliberadamente al deseo, que consideramos una necesidad humana existencial. ¡La belleza es indispensable! También lo es la convicción de que el amor sí trasciende a nuestro mundo.

Nunca antes se había puesto música a la negación de la vida de un modo tan fascinante como en Tristan und Isolde de Wagner. ¿Cómo se adapta una producción a esta música única, que rompe los límites como ninguna otra? ¿Los límites entre un yo y un tú, los límites entre la vida y la muerte? ¿Cómo hacer que la puesta en escena corresponda a una música que nos transporta, bajo hipnosis cromática, a lo ilimitado del universo, incluido el universo ilimitado de nuestra propia alma? ¿Hasta que todo lenguaje, todo ser y toda aspiración no sean más que sonidos? La respuesta debe ser tan radical como esta obra: el concepto primario es la música, el sonido en sí mismo. No hay tema más importante para nosotros. No hay nada más que escenificar. Lo que queremos crear para Bayreuth es un adagio de la noche, lleno de nostalgia. Lleno de seducción, lleno de magia de ultratumba. Un exceso nocturno de evasión, que lo opuesto a todos los fantasmas diurnos de hoy en día: «Gib Vergessen, dass ich lebe … löse von der Welt mich los»(1) («… hazme olvidar que vivo … despégame del mundo») [Traducido libremente de la presentación del director Roland Schwab en la página web del Festival]. Bayreuth 2022 Tristan Schwab

(1) Cita del famoso dúo de amor ‘O sink hernieder».

Detalle de la escenografía de la producción de Roland Schwab de ‘Tristan und Isolde’  © Enrico Nawrath / Bayreuther Festspiele 2022

Análisis de la actuación del 12 de agosto

Roland Schwab nos ofrece un Tristan ubicuo y atemporal. Hay pocas referencias al tiempo y al lugar míticos de la acción, excepto quizás en los trajes del rey Marke y de Melot, que al mismo tiempo podrían funcionar sin problema en alguna odisea espacial. No hay ninguna referencia a la Edad Media celta, ningún barco, ningún castillo en Cornualles, ningún castillo de Kareol. Roland Schwab y su equipo –Piero Vinciguerra para la escenografía, Luis August Krawen para los vídeos y Nicol Hungsberg para las luces– han diseñado un decorado único y evolutivo, que los vídeos y las luces transforman y animan. La fascinante estructura escénica, ovalada y orgánica, tiene dos niveles: el óvalo inferior a nivel del suelo del escenario tiene en su centro lo que inicialmente parece ser un lago, el cual refleja el cielo cambiante que se ve a través del óvalo superior, teniendo este asimismo una galería donde se desarrolla parte de la acción de los personajes secundarios –como la acogida del rey Marke a su llegada a Cornualles, las escenas con Kurwenal o Brangäne, el pastor, o los combates que preceden al final (el asesinato de Melot)–. Por su parte, Tristán e Isolda sólo se mueven por el escenario de abajo.

La representación escénica de los dos amantes es más bien estática y lenta, pero el constante desfile de cielos diurnos y nocturnos, de nubes y de estrellas de la bóveda celeste, el constante reflejo del cielo cambiante en el lago inferior, luego su transformación en un mandala de luz que gira cada vez más rápido terminan por transmitir una sensación de vértigo. El lago helado, si así podemos interpretar su aparente solidificación, acogerá también el cuerpo moribundo de Tristán rodeado de velas y será el lugar de la muerte de los amantes como lo fue del inicio de su amor no consumado en vida. En cuanto a la galería del óvalo superior, se cubrirá de vegetación a lo largo de los actos, que acabará creciendo en cascada. Bayreuth 2022 Tristan Schwab

Otro momento de la producción de Roland Schwab de ‘Tristan und Isolde’  © Enrico Nawrath / Bayreuther Festspiele 2022

Roland Schwab consigue llevarnos por los pasillos del tiempo en una trascendencia expresada por el juego de óvalos y vídeos que se desarrollan en ambos niveles, como si fuéramos absorbidos por un vórtice de luz o un remolino acuático con los dos protagonistas. El director nos introduce en su universo romántico y espiritual y nos hace ver que el amor trasciende a la muerte aunque, como en el paradójico caso de la obra de Wagner, no se realice en el más allá. La puesta en escena quiere creerlo e insiste en ello, pero Schwab también presenta a una pareja humana que practica el amor en la vida cotidiana que comparte. Durante la apertura, el telón entreabierto muestra a dos seres humanos que se encuentran tiernamente uno al lado del otro, cabeza con cabeza, hombro con hombro y en el final, cuando mueren e Isolda entona el « Liebestod » («Mild und leise wie er lächelt»), esta misma pareja de ancianos, al final de sus vidas, rodea el lago, cada uno por su lado, con paso medido y cauteloso, desde el fondo del escenario, con tal de reunirse de nuevo y permanecer amorosamente uno al lado del otro al caer el telón. Para Roland Schwab, el amor es romántico, único, familiar y fiel, y tiene un valor eterno.

Sin embargo, las luces del cielo y de la naturaleza desaparecen durante un largo momento, para dar paso a la oscuridad cuando el rey Marke, atraído por la trampa tendida por los celos de Melot, queda magullado por la herida de la supuesta traición de Tristán. El Tristán crístico, arrodillado con los brazos en cruz, se ve entonces amenazado por las luces de neón de Damocles, que parecen querer atravesarle mientras descienden del techo. Y son también las luces artificiales manipuladas por el infame Melot las que ciegan a Isolda y a Tristán, las luces de los proyectores encendidos con los que persigue a los amantes.

La puesta en escena merece la pena por su unidad conceptual, su belleza arquitectónica y de los vídeos, muy logrados, aunque a veces el vertiginoso bombardeo de imágenes acabe mareando. Ha recibido comentarios muy favorables de la crítica y una acogida más que entusiasta del público. Merecerá la pena volver a verla en los próximos años, ya que este verano esta nueva producción se limitó a dos representaciones.

Stephen Gould (Tristan) © Enrico Nawrath / Bayreuther Festspiele 2022

En un efecto dominó, el director de orquesta Markus Poschner tomó la batuta de Cornelius Meister, quien a su vez había sustituido en el último momento a Pietari Inkinen en la dirección del nuevo Anillo en Bayreuth. Aunque fue una decisión rápida, Markus Poschner, director musical de la Bruckner Orchester Linz y de la Orchestra della Svizzera Italiana, contaba con una gran ventaja: ya había trabajado con la orquesta del Festspielahus, habiendo dirigido la Valkiria en el Festival de Abu Dhabi en 2019, y también había colaborado con Catherine Foster como Brünnhilde y Glenn Gould como Siegmund, los cantantes que protagonizan el Tristan und Isolde de este verano. Esta experiencia previa y conocimiento mutuo constituyen un activo importante que se percibe y que salva lo que está en juego. Bayreuth 2022 Tristan Schwab

La orquesta y su director son capaces de desplegar toda la exaltación espiritual y mística de una de las piezas musicales más bellas jamás escritas, aunque el prestigioso reparto no consigue hacer inteligible el texto poético de Wagner, ya que los papeles principales no son capaces de articularlo adecuadamente. Con demasiada frecuencia, no se entiende lo que cantan Stephen Gould, Catherine Foster o incluso Ekaterina Gubanova. No nos queda otra que recurrir a la perfecta pronunciación de Markus Eiche, el prodigioso Kurwenal, al igualmente bien proyectado Rey Marke de Georg Zeppenfeld o al Melot de Olafur Sigurdarson. Dicho esto, si confiamos en que el público conoce el texto, tal circunstancia no debería ser incompatible con el disfrute de la obra. Y aunque no fuera así, Catherine Foster, asidua de la Colina Verde, donde de hecho estaba programada como Brünnhilde, cantó admirablemente su primera Isolda de Bayreuth, con su poderosa voz, de brillante claridad, incisiva, tierna y dolorosa en el piano, y dotada de esa extraordinaria resistencia que le permite abordar estos personajes wagnerianos.

Ekaterina Gubanova (Brangäne sosteniendo los filtros) © Enrico Nawrath / Bayreuther Festspiele 2022

En cambio, Stephen Gould, uno de los más reputados intérpretes de Tristán de nuestro tiempo, parecía tener dificultades en su actuación. Debería haber encarnado a Siegfried en el primer Götterdämmerung, pero tuvo que ser sustituido y en esta ocasión, en varios momentos del tercer acto tuvo problemas para pasar a la orquesta. La Brangäne de Ekaterina Gubanova deslumbró con su canto expresivo y poderoso, así como por su compromiso con la escena. Markus Eiche moduló los consejos y advertencias de Kurwenal con precisión trágica y urgente y desplegando una voz de barítono con buen caudal al tiempo que flexible, y Olafur Sigurdarson, que también ha cantado Alberich este verano en Bayreuth, interpretó la odiosa oscuridad de Melot con toda su fuerza. Georg Zeppenfeld transmitió admirablemente el dolor trágico y compasivo del rey Marke y estuvo a la altura de su prestigiosa reputación en la interpretación de este papel.

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Festival de Bayreuth, a 12 de agosto de 2022. Tristan und Isolde, música y libreto de Richard Wagner. Director musical: Markus Poschner. Director de escena: Roland Schwab. Escenografía: Piero Vinciguerra. Vestuario: Gabriele Rupprecht. Dramaturgia: Christian Schröder. Iluminación: Nicol Hungsberg. Videoproyecciones: Luis August Krawen. Elenco. Tristan: Stephen Gould. Marke: Georg Zeppenfeld. Isolde: Catherine Foster. Kurwenal: Markus Eiche. Melot: Olafur Sigurdarson. Brangäne: Ekaterina Gubanova. Un pastor: Jorge Rodríguez-Norton. El timonel: Raimund Nolte. Un joven marinero: Siyabonga Maqungo. Director del coro Eberhard Friedrich. Bayreuth 2022 Tristan Schwab Opera World