5 La Sacristine Catherine Hunold Jenufa Marie Adeline Henry crÇdit Mirco Magliocca 

Una ópera violenta

Toulouse. 20/04/2022. Theâtre du Capitole. Leoš Janáček: Jenůfa. Marie-Adeline Henry (Jenůfa), Catherine Hunold (sacristana), Marius Brenciu (Laca Klemen), Mario Rojas  (Števa Buryja), Cécile Galois (abuela Buryjovka), Jérôme Boutillier (contramaestre y alcalde), Mireille Delunsch (esposa del alcalde) y otros Dirección escénica: Nicolas Joel. Dirección musical: Florian Krumpöck.

Jenůfa tiene uno de los libretos más perturbadores de la historia de la ópera. La violencia presente en la sociedad y reflejada en esta ópera puede ser más o menos aceptada pero si existe una línea roja que une prácticamente a todos los seres humanos es el relativo a la violencia contra niños, y más si estos son tas débiles como un recién nacido. Jenůfa no es que camine sino que traspasa todas las líneas imaginables y hace surgir en nuestras entrañas un profundo dolor al contemplar como por razones religiosas, éticas, morales o, simplemente sociales, una mujer prefiere matar a un neonato antes de ver mancillados sus valores. Es por ello que el acto II de esta ópera pasa por ser una de las bofetadas más flagrantes que melómano alguno pueda escuchar y ver en un teatro de ópera. 

Aún hoy en día algunos aficionados siguen hablando de Leoš Janáček como si de un vanguardista se tratara, obviando que este título está cercano a los ¡120! años de existencia. Y, sin embargo, tiene una carga de actualidad que demuestra que estamos ante un trabajo excepcional y merecedor de mayor atención por parte de los teatros. Cierto es que Jenůfa puede considerarse una obra de repertorio pero un servidor tiene la idea de que la obra de su compositor –en general- y la que nos ocupa –en particular- no terminan de asentarse en los teatros del sur de Europa.

Antes de nada conviene decir que la función tolosana ha sido un éxito rotundo. Fuera, en la ciudad y durante todo el viaje, el clima parecía haberse aliado con el ambiente crispado que desarrolla el compositor, con frío, tormentas desapacibles y un tiempo invernal que parecía preludiar toda la macabra historia que nos ofrecía un conjunto de cantantes realmente notables. Y es que el Theâtre du Capitole tiene como seña de identidad ofrecer conjuntos sólidos donde, solo quizás, no exista la gran figura mediática pero si trabajo en conjunto y un resultado acorde con lo hecho. Y esta Jenůfa ha sido notable.

3 Jenufa Marie Adeline Henry La Sacristine Catherine Hunold crÇdit Mirco Magliocca

Los dos grandes pilares de la obra, vocalmente hablando, son madre e hija adoptiva y ellas recibieron los bravos más sinceros del público; porque tanto Marie-Adeline Henry como Catherine Hunold, ambas francesas, supieron construir dos personajes de enorme credibilidad. La primera, una mujer de voz ancha, de buena proyección y con un volumen nada despreciable, estuvo lejos de enseñarnos una protagonista débil; más bien todo lo contrario, una mujer decidida, consciente y fuerte, capaz de superar todas las adversidades que la sociedad en la que vive le impone. Algún agudo destemplado no empaña una labor notable. Catherine Hunold tenía un aparente problema porque dice la tradición que la sacristana “tiene” que ser una cantante mayor (recuerdo haber vivido en directo las versiones de Anja Silja o Eva Marton, ahí es nada) y su apariencia física era más de hermana que de madre adoptiva de la protagonista. Incluso, quizás le faltaba esa voz algo rota, descompuesta, que describiera a esa mujer desequilibrada en su fanatismo religioso y en su amor extremo hasta ser pernicioso, pero su caracterización fue notable. 

Los dos tenores tiene duras papeletas con dos papeles que son ingratos: Laca es un hombre simple y violento que acaba redimiéndose por su entrega desinteresada y sincera a Jenůfa y el rumano Marius Brenciu, aunque la zona aguda es comprometida, cumplió con solvencia. Peor es lo de Števa, directamente un egoísta impresentable y superficial; todo ello lo describió muy bien el mexicano Mario Rojas. El resto del largo reparto estuvo a muy buena altura, destacando en su doble papel el bajo francés Jérôme Boutillier, que fue caracterizado de forma radicalmente distinta para cada uno de sus personajes, el contramaestre del molino (acto I) y el alcalde (acto III). Llamó la atención por el importante volumen y la relevancia que otorgó a su breve papel la veterana Cécile Galois en el papel de la abuela y que obtuvo un reconocimiento sincero del público.

Muy bien el coro bajo la dirección de Gabriel Bourgoin e impecable en su trabajo el austríaco Florian Krumpöck, que deletreo cada una de las frases de la ópera, supo crear los diferentes ambientes y nos trasladó a lo más hondo del drama con una lectura brillante y detallista.

9.1 Jenufa crÇdit Mirco Magliocca

La puesta en escena de Nicolas Joel, única para los tres actos aunque tuviera algún pequeño detalle para su diferenciación, quedo más adecuado para los actos impares. Al inicio, una rueda de molino de agua de enormes proporciones gira al fondo del escenario mientras el río del que se alimenta separa el escenario en dos partes. Esa es la base del primer acto, con la escena de la borrachera de Števa como punto culminante, separando el riachuelo al coro en dos partes. Ese mismo escenario queda demasiado grande para ser la habitación de la sacristana, aunque el elemento diferenciador es una gran piedra que, a modo de techumbre, cierra por arriba la casa y llega a descender al final del acto II, subrayando la opresión que vive la familia. El rio ha desaparecido y el molino ya no gira, excepto en el momento en que la sacristana sale de casa llevándose al niño. El acto III muestra el mismo escenario con una pasarela superior que sirve de entrada de los distintos personajes y de colocación del coro en la escena de la boda. Elemental pero efectivo.

La recepción del público fue importante. Sin llegar a la apoteosis, el público terminó aplaudiendo en forma cadenciosa como es habitual en Toulouse para mostrar su júbilo por una representación importante de una ópera que tendríamos que ver y escuchar más a menudo.

Foto: © Mirco Magliocca