ÁMSTERDAM / Brillante y poco convencional ‘Tosca’ de Barrie Kosky
Ámsterdam. National Opera & Ballet. 12-IV-2022. Puccini: Tosca. Malin Byström, Joshua Guerrero, Gevorg Hakobyan, Martijn Sanders, Federico De Michelis. Nederlands Philharmonisch Orkest. Director musical: Lorenzo Viotti. Director de escena: Barrie Kosky.
En el primer acto de la nueva Tosca de Barrie Kosky domina el vacío, pero cuando un solitario Scarpia comienza su soliloquio final la pared del fondo del escenario se abre lentamente para revelar un gigantesco tríptico que representa el Juicio Final. Mientras ese enorme entramado se desplazaba lentamente hacia la parte delantera del escenario, los rostros de un gigantesco cuadro parecen ser las cabezas del coro que estallan en un sobrecogedor Te Deum. Al caer el telón, las ovaciones resultaron igual de sobrecogedoras.
En el segundo acto, el diseñador Rufus Didwiszus sustituye la lujosa habitación de Scarpia por una caja con aspecto cinemascópico, en la que se muestra una moderna oficina que recuerda a una showroom italiana. Menos convincente resulta el decorado de la última escena, con una plataforma metálica giratoria en la que un lado sugiere ser la pared de una celda, mientras que las escaleras de acero del otro sirven tanto para el pelotón de fusilamiento como para que Tosca se sumerja en las profundidades.
La sobriedad caracteriza una dirección totalmente centrada en convertir a los protagonistas de Puccini en personajes modernos creíbles. En esta puesta en escena, la de Malin Byström se convierte en una Tosca autoconsciente, sofisticada e intelectual en vez de una heroína a la italiana impulsiva y de sangre caliente. En su primer dúo con Cavaradossi, así como en el asesinato de Scarpia, combina un impulso instintivo actoral con un marcado autocontrol en el canto. Ello se pudo constatar especialmente en su radiante y pulido Vissi d’arte, que no sonó como la tradicional oración introvertida, sino como un último esfuerzo para influir en Scarpia.
Tras un comienzo nada impresionante, el barítono armenio Gevorg Hakobyan se transformó en un personaje aterrador. Despojado por Kosky de su noble savoir vivre y de su elegante cinismo, Hakobyan exhibió un enfoque áspero, casi plebeyo, que lo convirtió en la atroz contraparte de la Tosca de Byström.
El Cavaradossi de Joshua Guerrero sonó algo gutural, si bien en los pasajes más intensos del segundo acto mostró un impresionante timbre metálico. No obstante, su última escena careció del lirismo que ha hecho justamente famosa el aria y el dúo final, ya que mostró poco del éxtasis de dos amantes que esperan un final feliz. Aquí el enfoque de Kosky se convirtió en una conclusión sombría y pesimista en la que el trágico final no fue ninguna sorpresa. Probablemente no era eso lo que Puccini tenía en mente ni tampoco es la forma en que siempre queremos escuchar esta música, pero como escena de cierre de esta producción fue enormemente efectiva.
En el foso, Lorenzo Viotti consiguió de la orquesta unos bellos y delicados sonidos, lo cual facilitó la vida a los cantantes. En su fraseo, sin embargo, no siempre hizo justicia al lirismo y a las sutiles fluctuaciones de la música de Puccini, aunque sin duda sus dinámicas y acentos crearon una fuerte unidad con la producción de Kosky.
Paul Korenhof
(Foto: Marco Borggreve)
