El regreso de Madama Butterfly a FGO

Foto Daniel Azoulay

Uno de los títulos mas frecuentados por Florida Grand Opera regresó al escenario del Arsht Center, la sempiterna Madama Butterfly esta vez en una puesta originada en la Opera de Sarasota dirigida por E. Loren Meeker de corte extremadamente tradicional probó una vez mas como la magia de Puccini sigue funcionando contra viento y marea. Fluida en lo musical como en lo escénico, provista de la teatralidad requerida se ubicó dentro de los cánones convencionales sin olvidar la suerte de postal oriental de ribetes kitsch a la que se acude en la mayoria de los casos, y que en todo caso es una receta efectiva que atrapa a todos los sectores del público.

Un elenco homogéneo con la entusiasta participación de jóvenes artistas de FGO recreó la tragedia de la geisha imprimiéndole la veracidad necesaria en un momento histórico antagónico cuando se la ve y juzga con otra mirada tanto menos permisiva, tanto mas acusadora.

Amén de un vibrato pronunciado, Sandra Lopez – estimada soprano local que hace su rentree con una carrera internacional a sus espaldas – logró remontar las extenuantes exigencias del personaje hasta convencer en el último acto. Atentísima al director de orquesta, López mostró entrega y honestidad como intérprete, algo que merece destacarse. No obstante, los honores vocales correspondieron al Pinkerton del joven tenor Joshua Guerrero que aportó buena estampa y voz radiante, especial mención para su “Addio fiorito asil”, un nombre que crece para tener en cuenta. Grant Youngblood compuso un Sharpless sólido mientras que Stephany Peña fue una Suzuki destacada en todo renglón,  vocal y actoral, exhibiendo graves ricos y flexibles. Eficaces en sus personajes secundarios, Nicholas Nestorak, Rafael Porto, Nathan Matticks, Michael Miller y Shaina Martinez como Kate Pinkerton.

Aparentemente esta podría ser la última aparición de Ramón Tebar al frente de la orquesta de FGO después de una década en la que ha realizado un trabajo de pulimiento y acondicionamiento evidentes. Tebar volvió a demonstrar su capacidad en esta ópera fetiche para su curriculum que lo llevó a debutar recientemente en la Opera de Viena, Berlin y Estocolmo. Aportando infalible instinto dramático y un tratamiento cromático fiel al espíritu del compositor, a estas alturas no cabe duda de que el maestro valenciano es un pucciniano de primerisimo nivel. Su experimentada labor desde el foso fue el factor aglutinante que dió el ansiado, necesario y en última instancia determinante énfasis para conseguir una satisfactoria noche inaugural.

 

INFORMACION Y ENTRADAS FGO

ENERO 23, 26, 30 – FEBRERO 1 – MIAMI Y FORT LAUDERDALE

 

Foto Daniel Azoulay