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Domingo 24/02/2013. Actualizado 18:16h.

URGENTE

ÓPERA | Triunfa con un deslumbrante 'Così fan tutte' en el Teatro Real

Despiadado Haneke

[foto de la noticia]
  • Su propuesta cínica y descarnada sobre la perversión ha sido aclamada

Tenía una buena coartada Michael Haneke para ausentarse esta noche del estreno de 'Così fan tutte' en el Teatro Real. Se encuentra en Los Ángeles, esperando el desenlace de los Oscar -"Amour compite en cinco categorías"-, pero dispuso que se distribuyera una octavilla entre los espectadores bien fuera para excusare o bien fuera para inducir un ritual propiciatorio, supersticioso: "Les deseo una velada excitante. Si les gusta, crucen los dedos por mi en los Oscar. Si no les gusta, les ruego que lo hagan igual".

Metafóricamente hablando, los melómanos que abarrotaban el Real se marcharon del teatro con los dedos cruzados. Había "gustado" mucho el 'Così fan tutte' de Haneke. Había impresionado la exquisitez estética. Y habían intrigado los cabos sueltos con que el director de escena austriaco exige la colaboración del público, rebuscando en una versión compartida, concelebrada, de la ópera de Mozart.

Hace pensar Haneke, igual que sucede en sus películas, aunque las mentes perezosas o pasivas bien podrían solazarse con la plasticidad del espectáculo, con el aspecto hollywoodense de los cantantes y con los comentarios orgullosos que sobrentendían la presencia de Haneke en L.A.

El cineasta austriaco eleva la temperatura a cuenta de la lascivia y de los adulterios, inducidos ambos desde la desinhibición que procura el alcohol

El Real era la antesala de los Oscar, por usar un tópico de género, aunque el concurso de William Shimell en el papel de Don Alfonso establecía un nexo trasatlántico. También él forma parte del reparto de "Amour", pero no se podía permitir ausentarse. Entre otras razones porque Haneke concede a su papel una dimensión mefistofélica y un rendimiento ubicuo: cuando canta y cuando no canta, regodeándose en este caso como corruptor de las jóvenes parejas con una indumentaria de ultratumba y un cinismo del que Haneke se vale para diseccionar asépicamente el gélido y despiadado primer acto.

El segundo no es menos despiadado, pero el cineasta austriaco eleva la temperatura a cuenta de la lascivia y de los adulterios, inducidos ambos desde la desinhibición que procura el alcohol. De hecho, el recurso de una nevera abastecida de licores asume una posición totémica en este ambiguo "dramma giocoso".

Así lo definió Mozart para trastorno de quienes se atreven a representarlo, aunque Haneke relaciona lo jocoso con lo grotesco, de forma que cuesta mucho trabajo reírse. Y cuesta poco trabajo identificarse con el dolor de los personajes. O con el desgarro literal que precede al "guillotinazo" del telón. Es una versión para darle vueltas, para tenerla de compañía, para escrutar sus misterios. Empezando por la contraposición del siglo XVIII y del XXI en dos planos escénicos que tanto evocan la revolución de la emancipación femenina en tiempos de Mozat como el hastío de la burguesía contemporánea.

Haneke hace respirar a la música en escena igual que desmenuza los recitativos. Los "deconstruye" para resaltar su valor dramatúrgico y los prolonga. A veces incurre en el peligro de romper el ritmo de la ópera, pero, a cambio, el cineasta hace pesar el silencio como un personaje invisible e intimidatorio al acecho.

Se nota y se agradece el exhaustivo trabajo de actores. Comenzando por la imponente personalidad de Anett Frtisch y por la calidad de Juan Franciso Gatell. Fueron los grandes protagonistas vocales de la noche, aunque también se repartieron generosas ovaciones entre Andreas Wolf, a Kerstin Avemo y el "arrogante" Shimell, cuya afinidad al repertorio de Mozart pesa tanto como su solvencia actoral.

Es el talismán de Haneke, cuya ausencia en el Real, insistimos en que perfectamente justificada, no condicionó la avalancha de medios extranjeros. Cerca de 80 acudieron al acontecimiento atraídos por la segunda ópera que el director austriaco se atrevía a llevar a escena.

La primera fue "Don Giovanni" en París. También de Mozart e igualmente aliándose en el foso con Sylvain Cambreling. Hizo éste anoche una propuesta musical más de oficio que de misterio. Se esmeró en la textura orquestal e hizo brillar a la orquesta, pero le costó desprenderse del metrónomo.

20 » Comentarios ¿Quieres comentar? Entra o regístrate

  1. hombretranquilo 24.feb.2013 | 08:13

    #11

    @ZapatiestaPersistente Trabajas en Ópera ( metro o de acomodador? ) . Mozart es indiscutible, y no he visto los llantos y duelos cuando se alababa a los divo/as y se pasaba de puntillas por Mozart o Verdi... lo de ayer fue precioso. Claro que Mozart es Mozart... pero Haneke lo enriquece, os guste o NO. Es un espectaculo diferente, como lo es segun que Director la ejecute. La Opera no es de la élite es del pueblo llano, a ver si os enterais

  2. hombretranquilo 24.feb.2013 | 08:07

    #12

    @anaDDHH Moxart un desconocido en España?. Y eso lo dice Mortier? Igual tiene que venir a enseñarnoslo él. El Real estaba a tope, la gente entusiasmada, Mozart desde su Olimpo sonriendo... y Vds., cultos y estetas despreciando al vulgo por que no conocemos a Mozart.... si le conocemos si... mejor que Vds. de largo.

  3. ZapatiestaPersistente 24.feb.2013 | 08:43

    #13

    #11 Pues de ninguna de ambas cosas. ¿Usted opina por trabajar en taquilla? Nadie dice que la ópera pertenezca a la élite. Si alguien dice esa memez en Alemania, en Italia o en Rusia, dónde hay un teatro en cada capital de provincia y en muchos pueblos, lo mirarían con lástima. La ópera es algo vivo y que vive mas allá de los "genios" como Mortier, Haneke y demás compañeros. Cuando se trabaja para producir una obra, hay que tener en cuenta que esa obra está hecha y acabada. Y desde luego, respetar lo que el autor quiso decir. Y eso de "os guste o NO" ¿qué quiere decir? ¿qué usted tiene la verdad absoluta cogida del rabo? La voz es la base de la ópera, así que no me compare usted el reinado de los divos-as, con el reinado de los escenógrafos. Un aficionado, puede escuchar una ópera sin imágenes, pero sólo un idiota puede ver una ópera sin sonido.

  4. Hantonioni 24.feb.2013 | 10:08

    #14

    En mi opinión, Mozart no nececisa de nadie que lo mejore, porque lo más normal es que lo empeore como ocurre habitualmente y esta es una de ellas. A Mozart se le traduce, se le interpreta y se consigue hacerlo con mejor o peor suerte. Lo habitual, si no se trata de excelentes directores e intérpretes, es que resulte, en el mejor de los casos, un fiasco y en el peor, una cosa anodina y perfectamente olvidable como en el caso que nos ocupa.

  5. Merenganoso 24.feb.2013 | 10:30

    #15

    #4 ANNM: Yo también discrepo. Las óperas de Bach (Johann Sebastian) son bastante peores que las de W.A. Mozart. Tan peores que no conozco ninguna. Por lo demás, el que a usted le gustara Mozart en su adolescencia y ahora le interese menos es una noticia sensacional. Ya sabemos la verdad. Gracias, muchas gracias.

  6. ZapatiestaPersistente 24.feb.2013 | 10:45

    #16

    Bueno, Bach no tiene óperas, pero tiene 244 cantatas y mucha música vocal. Y efectivamente, que a alguien le guste eMozart en su adolescencia y no le guste en su madurez, solamente puede indicar que ha perdido el gusto.

  7. Merenganoso 24.feb.2013 | 10:47

    #17

    #14: Totalmente de acuerdo contigo. Los personajes, como #11, que se hacen eco de que la "gente estaba entusiasmada" ¿qué gente?, ¿toda? ¿No había alguien sin entusiasmar? y que aseguran que alguien "puede" mejorar a Mozart con su propia música, me parecen unos perfectos mentecatos. Y ya sabemos que lo terrible de la necedad es que puede semejarse a la sabiduría más profunda.

  8. Acanturido 24.feb.2013 | 12:52

    #18

    Anécdota de la función: El continuo, Eugène Michelangeli, llegó tarde a la función... Entró a toda pastilla atravesando el foso y haciendo un ruido terrible, se sentó delante del clave vestido de calle, abrió su libro y empezó a tocar... ¡A la mitad del primer recitativo! Cambreling le miraba entre asesino e incrédulo... y luego estuvo 5 minutos secándose el sudor... Risas aparte, daba la sensación de que el público aprobó con notable el montaje, sin entusiasmos. Personalmente me pareció bastante memorable, salvo la música, que fue correcta sin más. Muy recomendable...

  9. joseluisp 24.feb.2013 | 13:30

    #19

    Plenamente de acuerdo con Zapatiesta/Persistente. Yo prohibiría, como atentado a los derechos morales de autor, toda caprichosa modificación echa por esos directores de escena, que faltos de inteligencia y creatividad, entran a saco en trabajos ajenos con fines exclusivamente comerciales Sólo si el autor especifica en su obra; "época actual", cabe actualizarla, pero sin alterar la intención y el sentido de su autor. Mozart ha escrito lo que ha querido escribir en un contexto determinado, y ningún "genio" moderno puede enmendarle le la plana.

  10. anaDDHH 24.feb.2013 | 19:55

    #20

    @hombretranquilo no me refería al oyente, que conoce a Mozart de sobra. Me refería al crítico y al mundillo musicológico español que es al que se refería Mortier. De hecho, que yo sepa, jamás se ha publicado un estudio "serio" sobre Mozart en España (quizá 1), y mira que el tema Don Juan es completamente español. De todas formas yo creo sinceramente que la ausencia de una crítica mozartiana seria condiciona el modo de escucha del público. (Quizás a esto se refería Mortier, al que le doy toda la razón)

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