Michael Fabiano, pasión de tenor

Fotos Arielle Doneson

foto darío acosta

Michael Fabiano

Un tenor de 27 años en vías de consagración absoluta hace su debut en la Florida Grand Opera en Rigoletto y de acuerdo a los reportes es «The Real Thing». Michael Fabiano es uno de los cantantes más solicitados de su cuerda con recientes debuts en La Scala, la Ópera de Paris, Londres, Dresde, Vancouver, Los Angeles, el Met y la Opera de San Francisco en Lucrezia Borgia con Renée Fleming. Para él  «todo es ópera» y en una entrevista entre ensayos asevera «Dios me dió este don y pienso explotarlo al máximo». Apasionado, elocuente y enérgico, es obvio que por sus venas corre sangre italiana: sus ancestros llegaron de Apulia, cuna de Rodolfo Valentino y Umberto Giordano.

El público lo descubrió en «The Audition«, el documental de Susan Froemke sobre agonías y  peripecias de los seis ganadores de las Metropolitan Opera National Council Auditions en el 2007 (ver reseña). Michael era el mas intenso, competitivo y desafiante: «Creo en la competencia y algunos se shockearon con mi personalidad en la película. ¿Qué pretendían?. Era una competencia y nada más. Cantar en escena ya es otra cosa» y ríe cuando le sugiero que si hubiese una ópera basada en  On the Waterfront  podría encarnar a Marlon Brando.

Hijo de un cantante (también tenor) devenido exitoso empresario, Michael nació en Montclair, New Jersey, vivió en Minneapolis y hoy reside en Filadelfia. Creció en un ambiente saturado de música («Mis padres me taladraron música clásica en la cabeza y por eso les estaré eternamente agradecido»). Pero la música no fue su pasión primera, en High School descubrió su vocación por los debates, fue campeón y llegó a participar en concursos nacionales viajando de universidad en universidad. Por si esto fuera poco, fue referi de béisbol durante nueve años, estudió español diez años y como entonces, sigue apasionado por autos y aviones.

¿Cómo y cuándo aparece la vocación? 

Asistía a la Universidad de Michigan para obtener un título en administración de empresas con la idea de dedicarme a la industria automotriz o aérea y por diversión, comencé a tomar clases de canto con George Shirley [director del departamento de música de la universidad que fuera el primer tenor afroamericano en cantar protagónicos en el Met ]. Me encantaba estudiar pero aún más, el canto. El momento crucial llegó esa navidad cuando grabé un disco amateur con canciones como regalo a mis padres. Al escucharlo, mi madre comenzó a llorar mientras decía «Naciste para cantar». Los dos estaban deslumbrados y en ese instante decidí que sería el camino a tomar. Me gradué en Michigan y me perfeccioné cuatro años más en la Academy of Vocal Arts de Filadelfia.

Han sido cinco años de ascenso meteórico  

Sólo siento agradecimiento y humildad por tanto en tan poco tiempo. Hubo subidas y bajadas, así desarrollé una  vital «espina dorsal de acero».

Como representante de la nueva cosecha de cantantes, las exigencias no solo requieren cantar bien, ahora hay que actuar y ser apuesto o al menos fotogénico. 

Es un buen síntoma el cambio de dirección del mercado. Estar saludable y atlético es parte de la vida de hoy. Cuanto más sano, mejor me siento y rindo más. Siempre hubo, hay y habrá excepciones en cuanto a look se refiere. La prioridad número uno, siempre, es cantar bien. Primero: el canto.

¿El duque de Mantua (en Rigoletto) es casi una carta de presentación? 

Al final es esta temporada habrá sido el papel que más canté. Me gusta encarnarlo, no me parece tan malo y creo que ha sufrido de bastante «mala prensa». De hecho, los cuatro papeles masculinos de Rigoletto ostentan diferentes grados de negrura y sordidez.

¿Algún personaje que se parezca mucho al verdadero Michael Fabiano?

Quizás Edgardo en Lucia di Lammermoor. Es fuerte, idealista, apasionado y leal.

¿Te sorprendió el éxito obtenido en Bilbao, un público casi tan temible como el de Parma, con ese personaje acompañando a Diana Damrau?

Antes de la función me advirtieron la posibilidad de una recepción fría. Es lo habitual. Pero, recibí una ovación increíble y todos quedamos en las nubes. Una noche inolvidable.

¿Personajes para hoy y mañana? 

Soy un tenor lírico y punto, no pienso salirme del repertorio del Bel Canto. Todavía tengo por explorar Roberto Devereux, La Favorita, Elisir amén de algunas excursiones a Verdi como I Lombardi, Alfredo y  Rodolfo en Luisa Miller pero no más. También abordaré el Des Grieux de Massenet y Werther (y sólo desde la perspectiva de Alfredo Kraus), Romeo y Lensky. He dicho «no» a los Don José y Cavaradossi que me han ofrecido y canté Pinkerton, pero no es un papel que me interesa.

¿Cantantes favoritos y ejemplos de vida? 

Aureliano Pertile y Franco Corelli. Por razones específicas, Carlo Bergonzi, Jose Carreras y, desde ya, Pavarotti. Entre las mujeres, Tebaldi, Olivero, Elena Obraztsova, mi mezzo favorita. ¡Tanto fuego y pasión!. Cuando no trabajo, escucho ópera y aprendo, es mi mayor deleite. Por ejemplo, escuchar a otra favorita como Renata Scotto, es aprender. Usó las palabras como ninguna otra soprano; con ella todo se centra en comunicar, cada palabra, cada acento importa por vano que parezca. Y de eso se trata.

Mis modelos en la vida son mi padre y mi abuelo. Me enseñaron a mantener la determinación y el entusiasmo y a dar la mano al que necesite aunque yo esté pasando por un mal rato. Me enseñaron a ser humano y una mejor persona.

¿Cómo se adapta un cantante cuando la puesta es contraria a la concepción que él tiene del personaje? 

Es arduo y requiere un esfuerzo tremendo. A veces, si el director es flexible, se puede hablar y exponer el punto de vista personal pero si no se puede hay que adaptarse. Al final del día, es mi trabajo y no es sólo sobre mí sino que soy parte de una experiencia. Entonces, es mi responsabilidad obedecer.

¿Cuando cantas eres consciente del público?

Para nada, estoy inmerso en mi personaje. Es mi responsabilidad hacerlos que rien, lloren y sufran como yo, para eso vinieron. Si pienso que están sentados ahí no lo estoy haciendo bien. Al final de la noche mi meta no es comunitaria sino personal, tengo que haber emocionado a todos los que pueda. Y si fue a uno solo, habré cumplido con mi misión.

¿Optimista con el futuro del género lírico ?

Muy optimista. Es un género que pasa algo desapercibido por el público en general debido a la mala diseminación de la información. Todo empieza con la educación escolar. Los estudios prueban que el estudio musical agiliza el cerebro y estimula a los chicos a completar otras disciplinas. Si hacemos eso tendremos una generación que automáticamente querrá ser público o participante. Si no, estamos en serios problemas. Como músico joven siento la obligación de hacerlo saber y luchar por eso, no sólo para que el estado apoye las artes sino para que sea una obligación por decreto en el proceso educativo de los niños.

¿Y el papel de la tecnología?

Es un adelanto que debe aprovecharse al máximo aunque algunas mentes conservadoras en el medio la critiquen. Debemos empezar por mirar hacia la Era Dorada, apreciarla y valorarla y luego adaptarnos a nuestra época. Un buen ejemplo es como la Berlin Philharmonic usa el internet con su Digital Concert Hall. Orquestas y compañías líricas debieran instituirlo en casas y escuelas en todo el país. El Met lo hace y me pregunto cuántos chicos quedan intrigados cuando vean los carteles pegados en ómnibus y trenes. Con un 5%, me bastaría.

¿Y cómo compite una compañia regional con menores recursos?

Cada ciudad tiene algo que aportar, una característica propia. Por ejemplo, Miami tiene una vibrante comunidad latina que las otras no tienen. Tienen que capitalizar ese rasgo y sus patrocinadores deben tomarlo en cuenta. Las compañías regionales deben abocarse a sus audiencias. Lamentablemente, muchos de sus líderes tienen una visión estrecha del asunto y no se dan cuenta de que deben pensar en el pasado y en el futuro, no solamente en el ahora, por acuciante que sea.

¿Otros amores? 

Autos, tenis, béisbol, he sido un fanático de los Yankees toda mi vida….pero, cuando me pregunto si cantar es mi trabajo la conclusión es, sí, es mi trabajo pero más todavía, es mi amor y mi pasión.  Si me dan a elegir, por sobre todo, elijo la música clásica☼

© Sebastian Spreng

Rigoletto en la Florida Grand Opera. 28 de enero al 18 de febrero. Información y boletos ONLINE(CLICK) o al (800) 741-1010 ·