Lise Davidsen es la Mariscala del Met

Por Carlos Javier López Sánchez

Una sensacional Lise Davidsen regresa a Nueva York como la Mariscala en Der Rosenkavalier, la tragicomedia lírica de Richard Strauss y Hugo von Hofmannsthal.

Der Rosenkavalier en el Met, Foto; Photo: Ken Howard / Met Opera
Der Rosenkavalier en el Met. Foto: Ken Howard / Met Opera

La Metropolitan de Nueva York continúa con su espléndida temporada de primavera. A los Bezcala, Yoncheva y Volle se les une estos dias la soprano noruega Lise Davidsen, sin duda una de las voces más importantes de la ópera de hoy.

Junto a la diva nórdica, el superintendente del Met Peter Gelb presenta un elenco potente y equilibrado con la soprano Erin Morley como Sophie, la mezzo Samantha Hankey en su debut como Octavian, el bajo Günther Groissböck en el papel del Baron Ochs y el tenor americano René Barbera como el cantante italiano. Todos ellos se ponen a las órdenes de la directora de orquesta Simone Young en una reposición de la vistosa puesta en escena de Robert Carsen, que se estrenó en este teatro en 2017, con Renée Fleming y Elīna Garanča como protagonistas.

Der Rosenkavalier en el Met, Foto; Photo: Ken Howard / Met Opera
Der Rosenkavalier en el Met. Foto: Ken Howard / Met Opera

La batuta de la directora australiana Simone Young es bien conocida en Nueva York. Sus apariciones con la New York Philharmonic tienen carácter de acontecimiento en la Gran Manzana. Young, que desde 2022 es la directora titular de la Sydney Symphony Orchestra, no tiene problemas para atacar el Rosenkavalier y desvelar los misterios de la depurada orquestación straussiana. Por desgracia, pese a los esfuerzos de la directora, la orquesta del Met no terminó de convencernos, con una interpretación correcta y propositiva, pero más neoyorkina que vienesa.

Hace tan solo unos días se desató una polémica por la amarga queja de Sonya Yoncheva ante el artículo del New York Times en el que se su interpretación en Norma era comparada con la Violeta de Angel Blue. La soprano se preguntaba hasta qué punto es necesario para el crítico hacer una comparación entre dos cantantes tan distintas, especialmente si la comparación se hacía para revelar los defectos de Yoncheva y ensalzar las virtudes de su compañera.

Acaso como una forma de apoyar a nuestro compañero del New York Times, nos parece interesante comparar aquí la Mariscala de Lise Lavidsen con su predecesora Renée Fleming. Tanto la noruega como la americana cosecharon triunfos incontestables en el papel, en esta misma producción de Carsen. Sin embargo, su arte y sus voces son dos mundos aparte.

Der Rosenkavalier en el Met. Foto: Ken Howard / Met Opera
Der Rosenkavalier en el Met. Foto: Ken Howard / Met Opera

La joven Lise Davidsen posee un instrumento portentoso; es una de esas voces que se dan cada mucho tiempo, y que combinan la redondez y homogeneidad del sonido con un volumen inconmesurable, que se expande con pasmosa facilidad gracias a una emisión tan poderosa como natural. La más madura Renée Fleming, por su parte, es una voz pequeña de timbre más perlado y complejo. Cincelado por los años, el sonido de Fleming ofrecía una inacabable paleta cromática, que la artista manejaba con maestría al servicio del libreto de Hoffmannsthal.

Renée Fleming es una estilista, una orfebre de la línea vocal; por ello, su Mariscala tenía una profundidad psicológica que a día de hoy parece casi inalcanzable para Davidsen. Sin embargo, la voz de esa Fleming otoñal carecía del centro, el cuerpo y el estuche de la voz de Davidsen. La Mariscala que la soprano noruega presenta estos días en Nueva York no busca el aplauso fácil ni carga las tintas en la potencia de una voz que se escucha casi desde el metro. Al contrario, durante todas sus intervenciones, Davidsen realiza un ejercicio de estudiada autocontención, dosificando el canto y replegando la línea para dar credibilidad al personaje. Es este un esfuerzo ímprobo que habla del crecimiento de la cantante como artista, y da como resultado una interpretación incontestable que sin embargo puede seguir creciendo en complejidad con los años.

Lise Davidsen, por tanto, no decepciona, y firma otra aparición triunfal en Nueva York, a la altura de las mejores predecesoras, no sólo Fleming, sino también de la propia Lotte Lehmann o Regine Crespin.

No es fácil aguantar el tipo ante el Kraken noruego. Sin embargo, la mezzo de Massachusetts Samantha Hankey dio la réplica a Davidsen de manera sobresaliente en su debut como Octavian. Hankey hizo gala de un instrumento poderoso en el agudo, empleado con arte y despapajo. Lejos de amedrentarse ante la dificultad vocal y escénica del papel, Hankey se mostró segura en todo momento y recibió, de manera merecida, una cálida respuesta por parte del público de Nueva York.

La soprano de Utah Erin Morley fue una Sophie correcta, con destellos de buen canto y gran compentración con Hankey. Al lado de sus compañeras, sus intervenciones se antojaron menos aquilatadas. Morley reaparecerá en el Met en unas semanas en como Pamina en la Flauta Mágica.

Der Rosenkavalier en el Met. Foto: Ken Howard / Met Opera
Der Rosenkavalier en el Met. Foto: Ken Howard / Met Opera

El bajo austriaco Günther Groissböck sirvió la complicada parte del Baron Ochs con buen oficio, aunque nos parece más convincente en roles serios. En lo vocal, Groissböck no bajó el listón de sus anteriores apariciones neoyorkinas, con notas bien timbradas, sostenidas sobre la orquesta en largos fiati, y sus ya célebres bajadas a las profundidades del registro que le han hecho ser el bajo de referencia en el Met.

El barítono neoyorkino Brian Mulligan fue un Faninal resuelto y cómico, acaso más voluntarioso que inspirado. El tenor de Texas René Barbera interpretó al cantante italiano, dando una buena impresión en su aria con un canto expansivo y caluroso. Por su parte, tanto el australiano Thomas Ebenstein como la australiana Katharine Goeldner sacaron petróleo de Valzacchi y Annina, respectivamente.

La puesta en escena de Robert Carsen parece encontrar reflejo estilístico en el reciente Falstaff de Verdi, para el que el Met recupera otra propuesta del director de escena canadiense. Ambas escenografías permiten que lo cómico se abra camino en medio de la belleza orquestal, que se ve reflejada en lo visual por el lujo de los decorados. Un placer para los sentidos que, no por más predecible, resulta menos agradable. La propuesta envejece bien y sigue siendo el marco adecuado para todo lo que de bueno depara Der Rosenkavalier.

Con todo, la afición lírica de Nueva York se muestra un tanto dividida. Algunos no se resisten a escalar la montaña orquestal de Strauss y el delicioso libreto de Hofmannsthal, y el patio de butacas presenta alguna que otra calva entre semana. Otros son incapaces de abstraerse de la atractiva presencia vocal de Lise Davidsen, el Kraken noruego, que con tan solo una de sus notas a plena voz es capaz de hacer temblar los cimientos del Met y desbaratar las reservas de los aficionados más exigentes.

Para todos aquellos que no puedan acercarse a Nueva York estos días, el Met retransmitirá este Der Rosenkavalier en HD en directo el próximo 15 de abril de 2023.

OW


Metropolitan Ópera de Nueva York, 4 de abril de 2023. Der Rosenkavalier, ópera en tres actos de Richard Strauss con libreto de Hugo von Hofmannsthal.

Dirección Musical: Simone Young, Producción: Robert Carsen, Escenografía: Paul Steinberg,  Vestuario: Brigitte Reiffenstuel, Iluminación: Robert Carsen, Peter Van Praet, Coreografía: Philippe Giraudeau, Dirección de la reposición: Paula Suozzi.

Reparto: Samantha Hankey, Lise Davidsen, Billy Conahan, Günther Groissböck, Scott Scully, René Barbera, Patrick Stoffer, Brian Mulligan, Erin Morely, Thomas Ebenstein, Katharine Goeldner.