AMSTERDAM / Dos estrenos en el Opera Forward Festival
Amsterdam. National Opera & Ballet.
3-III-2023 / Raskatov: Animal Farm. Netherlands Chamber Orchestra. Director: Bassem Akiki. Director de escena: Damiano Michieletto.
9-III-2023 / Sorey: Perle noire – Meditations for Joséphine. Julia Bullock, Tyshawn Sorey. International Contemporary Ensemble. Director de escena: Peter Sellars
La edición de este año del Opera Forward Festival de la Ópera Nacional de Holanda se inauguró con una nueva ópera de Alexander Raskatov, basada en la novela Animal Farm (Rebelión en la granja) de George Orwell. El poeta y dramaturgo inglés Ian Burton y el propio compositor han adaptado la narración de Orwell en una ópera de nueve escenas y un epílogo que siguen más o menos los diez capítulos de la sátira original de 1948 sobre Stalin y el Partido Comunista Ruso. Por desgracia, Burton y Raskatov, confundidos tal vez por la escasa extensión de la narración de Orwell, han querido poner en escena el mayor número posible acontecimientos, creando una acumulación de elementos (especialmente en la primera parte de la ópera) que apenas dejan espacio para el descanso y la reflexión. La impresión fragmentaria resultante se vio realzada por un diseño musical basado en violentos y dramáticos acordes, con enfática presencia de los instrumentos de viento y percusión, con los que la Orquesta de Cámara de los Países Bajos, ampliada a setenta miembros, iba subrayando los sucesos en escena.
Que las cosas se pueden hacer de otra manera lo demostraron algunas escenas para las que Raskatov se toma musicalmente su tiempo, en especial la escena en la que el Viejo Comandante (el bajo Gennady Bezzubenkov) cuenta su sueño sobre una sociedad en la que todos los animales viven libres y felices. En otro momento -muy lírico, por cierto- en el cual la joven y coqueta yegua Mollie se deja seducir por un granjero vecino, los sonidos jazzísticos con los que Raskatov describe esta elección por el “capitalismo” son una verdadera joya de ironía musical, realzada por la adorable interpretación de la soprano Holly Flack.
En la segunda parte, que describe el terror desatado por el cerdo Napoleón (encarnado por el barítono Misha Kiria), la música se despliega en frases melódicas más largas, con frecuentes cambios de estilo que fueron traducidos con gran precisión por la orquesta y su director Bassen Akiki. Durante las últimas escenas, sin embargo, el libreto procede más o menos a su aire. En las últimas páginas, Orwell nos muestra el nuevo mundo a través de los ojos de los demás animales, atónitos al comprobar que los cerdos gobernantes han degenerado en humanos. En la ópera, sin embargo, este desarrollo se presenta desde el punto de vista ‘humano’, como un ‘final feliz’ en un mundo en el que ya no existe el respeto por los congéneres socialmente menos afortunados.
La segunda gran producción de este festival de eventos contemporáneos que se prolonga por espacio de diez días ha sido Perle Noire, Méditations pour Joséphine, que es más un cruce entre un one-woman show y un documental dramatizado que una verdadera ópera. El espectáculo, que comenzó como una iniciativa de la cantante Julia Bullock, fascinada por la artista estadounidense (y más tarde francesa) Josephine Baker, y contó con el apoyo del director de escena Peter Sellars y el compositor Tyshawn Sorey, ha acabado convirtiéndose en un poderoso homenaje a este icono del mundo del espectáculo y de los derechos humanos. Basado en textos de Claudia Rankine, el libreto presta su debida atención a la carrera teatral de Baker, incorporando diversas canciones de su repertorio. A veces esto sucede de forma amplia, como cuando Bullock y Sellars evocan la atmósfera del Music Hall, pero otras reminiscencias son apenas reconocibles, profundamente integradas como están en el propio lenguaje musical de Sorey. Así y todo, el asunto principal de Perle Noire es la lucha de Baker contra la mentalidad racista y llena de prejuicios a la que se enfrentaba en su país natal. Aquí, la cooperación de Bullock y Sellars produjo momentos profundamente conmovedores, cuyo nítido mensaje se vio fuertemente apoyado por los solistas del International Contemporary Ensemble al violín, la flauta, el fagot, el saxofón y la guitarra eléctrica.
Paul Korenhof