Susanna Mälkki hace funcionar el ‘Rake’s Progress’ del Met

                                                            Rake’s Progress Met Por Carlos J. López Sánchez

The Rake Progress es uno de esos títulos del s.XX que siguen brillando hoy con la luz inapagable de los clásicos. La Metropolitan Ópera de Nueva York cierra su temporada con la ópera de Igor Stravinsky, en la interesante y eficaz producción de Jonathan Miller que ya se pudo ver en Manhattan en 2003 y 2015. Susanna Mälkki toma las riendas de la orquesta del Met y de un gran reparto en el que destacan Golda Schultz, Ben Bliss y Christian Van Horn en los roles principales.

Detalle de la escenografía de ‘The Rake’s Progress’ con James Creswell (Trulove), Golda Schultz (Anne Trulove), Ben Bliss (Tom Rakewell) y Christian Van Horn (Nick Shadow) (c) Ken Howard / Met Opera 2022

The Rake Progress es una fábula entre hiperrealista y socarrona sobre la búsqueda de la felicidad, y la dialéctica entre el amor y el poder, la virtud y el placer. La trama se desarrolla en escenas separadas, a modo de un álbum de postales, inspiradas por el ciclo de pinturas homónimo de William Hogarth (1732–1734). Servida con suficiente ligazón y con calidad, resulta una de las mejores óperas del siglo pasado. La propuesta de Jonathan Miller que se puede ver de nuevo en Nueva York, emplea el escenario diseñado por Peter J. Davidson. Ambos plantean con claridad la disparidad entre la pureza y sobriedad del ambiente rural en el que nace el amor de los protagonistas; y la decadente y depravada atmósfera urbana, en la que Tom Rakewell se sumerge de la mano del mefistofélico Nick Shadow. Es justo destacar la inteligencia del regista, que consigue maravillas con gran economía de medios (para los estándares de la casa) en las escenas del lupanar, la subasta y el manicomio, así como los lucidos figurines de Judy Levin, presentados con el esplendor propio del Met. Rake’s Progress Met

En su única ópera propiamente dicha, Stravisky abrazó con inventiva y sin tapujos un neoclasicismo de inspiración mozartiana que aún hoy sigue sorprendiendo por su vitalidad. La directora de orquesta finlandesa Susanna Mälkki, que ya debutara en el Met en la temporada 2016 con L´amour de Loin de Kaija Saariaho, supo extraer del foso un sonido líquido y uniforme, en una línea intencionada y llena de acentos. Los tempi ayudaron a los cantantes y favorecieron el desarrollo del drama. Acaso demasiado estilizada y elegante, en la actuación de Susanna Mälkki se echó en falta algo de pimienta, cierto pellizco dramático que se quedó oculto, esta vez, en la partitura.

Ben Bliss como Tom Rakewell en ‘The Rake’s Progress’ (c) Ken Howard / Met Opera 2022

Un inspirado Ben Bliss dio vida al desdichado Tom Rakewell. El tenor americano no tuvo problemas en lo vocal, con una línea de canto poética y expresiva, y agradables destellos líricos. Hay que agradecer lo natural de su emisión, que permite la transmisión de emociones y planos psicológicos con una eficacia vetada a voces menos limpias.

La soprano sudafricana Golda Schultz, con una voz a caballo entre lo lírico y lo ligero, encarnó a Anne Trulove con candidez, decisión y terciopelo en el timbre. Muy afinada y atenta a la batuta de Mälkki, y con una línea de canto amable, soliviantó a los espectadores más románticos. Brillante arriba, y honesta abajo, la Schultz cosechó un triunfo apreciable y merecido, si bien da la impresión de que a su voz le falta un punto de profundidad y trapío para desarrollar la parte en plenitud. Rake’s Progress Met

Christian Van Horn, el bajo barítono de Nueva York, es un habitual del Met. Con su seguridad y presencia escénica habituales, su Nick Shadow hizo las delicias del público de Manhattan, que aún recuerda su trabajada actuación en el Mefistofele de Boito antes de la pandemia. Como entonces, el cantante tiende a empujar las notas en la parte alta del registro, si bien el instrumento se va asentando progresivamente, de acuerdo a la evolución típica de los cantantes de su cuerda. De seguro lo seguiremos viendo sobre las tablas del Lincoln Center. Rake’s Progress Met

Ben Bliss (Tom Rakewell ) y Raehann Bryce-Davis (Baba the Turk) en ‘The Rake’s Progress’ (c) Ken Howard / Met Opera

La mezzo texana Raehann Bryce-Davis tuvo una aparición estelar como la mujer barbuda Baba The Turk. Espectacular e hilarante en lo actoral, demostró una buena resistencia vocal y seguridad en las agilidades. Por su parte, el bajo de Seattle James Creswell interpretó a Trulove, el padre de Anne, la prometida de Rakewell, de manera convincente por sus buenos apoyo y proyección, con un timbre metálico, pero con sobrada calidez.

Este Rake´s Progress destaca, por tanto, por la interesante, si bien ya repetida producción escénica de Miller y por la acertada selección de cantantes; algo no tan común en Nueva York desde que Nezet-Seguin se hizo con las riendas artísticas de la compañía, que acostumbra a presentar elencos más heterodoxos y menos compensados.

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Metropolitan Opera de Nueva York, a 3 de junio de 2022. The Rake’s Progress, ópera en tres actos con música de Igor Stravinsky y libreto en inglés de W.H. Auden and Chester Kallman, basado en la serie pictórica homónima de William Hogarth. Estrenada en el Teatro de La fenice de Venecia en 1951.  Dirección Musical: Susanna Mälkki. Orquesta y coro de la Metropolitan Opera (director del coro: Donald Palumbo). Producción: Jonathan Miller, Diseño escénico: Peter J. Davidson, Vestuario: Judy Levin, Iluminación: Jennifer Tipton. Director de la reposición: J. Knighten Smit. Reparto: Golda Schultz (Anne Trulove), Ben Bliss (Tom Rakewell), James Creswell (Trulove), Christian Van Horn (Nick Shadow), Eve Gigliotti (Mother Goose), Raehann Bryce-Davis (Baba The Turk), Tony Stevenson (Sellem), Paul Corona (Guardián del manicomio). Opera World